De pequeña solía comer las alubias en platos calientes. El plato estrella en mi casa era el potaje, cómo no. Recuerdo ver en la cocina esa fuente grande con las alubias en remojo que ponía mi madre por la noche y pensar: "Horror!! Potaje mañana!!".
Pero si no fuera por esos platitos, no valoraría ahora unas lentejas o un cocido como se merecen.
Hace tiempo que no he vuelto a comerme un buen potaje en mi casa sencillamente porque mi madre sabe que nunca han sido de mi agrado, y siempre suele hacerme otros platos que sabe que me encantan.
Hace tiempo que no he vuelto a comerme un buen potaje en mi casa sencillamente porque mi madre sabe que nunca han sido de mi agrado, y siempre suele hacerme otros platos que sabe que me encantan.
Pero ahora que lo pienso, no me importaría llegar a casa y verme un platito de cuchara calentito ahora que todavía el frio da sus últimos coletazos.
Así que mamá, si me lees, ya sabes ;)